lunes, octubre 11, 2010

Ponme la mano aquí (2002/2010) de Hugo Men1

Cuatro actrices en un interesante juego teatral



María de los Ángeles Sanz

El espacio, el cuadrado mágico del teatro a la italiana, atravesado por la voz de las actrices, que desde su singularidad en pequeños monólogos se presentan, se dan a conocer envueltas en su debilidad y sus carencias. Cada uno de los personajes aparece así individual y a la vez unido en una relación donde el gran ausente es el hombre, o el deseo que el cuerpo del hombre esconde. Maternidades prohibidas, ocultas, pero que pueden rastrearse a través de las huellas que van dejando en el camino de cada una, igual que la baba de los caracoles. Las carencias duelen en el cuerpo, por eso es el cuerpo el que se hace cargo del dolor de la soledad, del que produce la mentira que se adivina o se sospecha, en forma de enfermedad o de diferencia. El asma, una menstruación que como un grito permanente no deja de sangrar, la “dislexia” de otra, o la fingida fuerza sostén de las demás, son todos rastros, rastros que una historia inconclusa, sin final conocido hasta la explosión del último alarido, aquél del no puedo más, inunda el espacio de la intriga, e irrumpe en la sala. Las actuaciones construyen con gran acierto cada una de las personalidades a las que deben dar vida, marcando la dirección desde la elección del vestuario, el trabajo con los objetos, la gestualidad y las tonalidades de la voz las diferencias que deben acompañar a las distintas personalidades. Pero el gran protagonista del relato es el deseo contenido de salir de la simplicidad y la monotonía de una vida rutinaria que pretende sostener en ese círculo vicioso, la realidad del afuera lejos del pequeño mundo construido. Cada una de las actrices puede así desplegar las posibilidades de sus herramientas, el cuerpo y la voz, y felizmente componer personajes que abordan desde la ternura a la lujuria un cuadro melodramático sino nuevo en su temática sin diferente en su exposición. Mujeres solas que cumplen el rito de formar “un hogar” cubriendo las ausencias con la imaginación que cierra las puertas a una verdad revelada; donde el humor es por momentos el único bálsamo a la angustia, y al oscuro sentimiento entre ellas. Todas quieren ser, no algo en especial sino simplemente alguien, un ser que las distinga del otro, que la acompaña pero que al mismo tiempo la convierte en un solo conjunto amorfo. El afuera marca la vida, siempre la de los otros que continua más allá de ese mundo detenido, necesariamente detenido por el secreto. Ese mundo femenino, que agobia en la simpleza de poner siempre en el otro la capacidad de la realización de los sueños, pero denuncia la imposibilidad de comunicación real en un universo entretejido por el prejuicio. La música fielmente escogida para resemantizar el género que ilustra, reitera como un estribillo, la necesidad de sentir de los sujetos Ponme la mano aquí Macorina2, pedido de auxilio de quien necesita ser tocado, amado con desesperación, que ingrese a ese horizonte perdido en la memoria y lo restituya al presente de la vida.



Ficha Técnica: Ponme la mano aquí. Actrices: Natalia Gauna, Mora Milena, Vanesa Caldara y Agustina Arregui. Autor: Hugo Men. Dirección: Pino Valero y Farisco. Manzana de las Luces
Perú 294 - Capital Federal. Tel: 4343-3260


1 Hugo Men es actor, director y dramaturgo. Participó en la década del setenta en piezas emblemáticas como La lección de anatomía de Carlos Mathus, en el movimiento de Teatro abierto 1984/1986, una de sus obras también fue seleccionada para Teatro x por la identidad (2002). En ese año es que estrena en el Teatro del Abasto de Ponme la mano aquí con las actrices del Proyecto puente (1999/2003) y una puesta mucho más minimalista que la recrea en la sala Siripo de La manzana de las luces. Su trayectoria como dramaturgo incluye: LA MANTIS RELIGIOSA (Teatro II) Edición 2000.-LA MANTIS RELIGIOSA (Teatro I) Edición 1998. -TEATROXLAIDENTIDAD edición 2001. Editorial Eudeba-TEATROXLAIDENTIDAD edición 2002. Editorial Eudeba-EL PUNTO FIJO. (1999) Obra en un acto. Primer Premio Iniciación de Teatro - Producción 1997/1998 de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. Jurado integrado por Griselda Gambaro, Roberto Cossa y Raúl Brambilla.-UN GATO QUE HACE TIEMPO NO SE MUEVE. (1999) Obra en un acto.-ES DIFICIL OLVIDAR QUE YA TE OLVIDE (1999)-DESCAMADO (2000) Teatro del Pueblo con el grupo Proyecto Puentes. Teatro del Nudo ciclo"TEATROXLAIDENTIDAD 2001" -ZONANIMAL (2001) Teatro del Pueblo con el grupo Proyecto Puentes.-SUDACAS (2002) CC Recoleta-Sala Contemporánea. Dentro del ciclo teatroxlaidentidad 2002-PONME LA MANO AQUI (2002) Teatro del Abasto con el grupo Proyecto Puentes. Algunas escenas fueron filmadas para la película "Hoy y mañana" de Alejandro Chomsky
-SOSPECHOSA ACCION DE UNA MUÑECA (2003) Espacio K con el grupo Proyecto Puentes.
- OMISIÓN (2004) Teatro La Tertulia. Ganadora del 2º premio VII Certamen de Textos Teatrales TORREPEROGIL (España) Escrita dentro del marco de Proyecto Puentes.- LA INTANGIBLE DISTANCIA (2004) Escrita dentro del marco de Proyecto Puentes.

2 El nombre de la Macorina ha llegado hasta nuestros días gracias a esa canción que en la voz de la cantante mexicana Chavela Vargas empezó a escucharse a principios de los años sesenta. Hoy es conocida también en Europa, pero los jóvenes cubanos que la escucharon por primera vez hace cuatro décadas ignoraban que el personaje al que aludía la canción anduvo por aquellas mismas calles habaneras en la década de los veinte, al volante de un llamativo ¿convertible? rojo. Así la recordó el pintor Cundo Bermúdez cuando en 1978 pintó su cuadro La Macorina, donde ella aparece en un llamativo descapotable rojo al que no se alude en la canción de Chavela Vargas, pero sí en una movida composición cantada por Abelardo Barroso ya que, según dicen, la Macorina (Maria Calvo Nodarse) fue, entre otras cosas, la primera mujer que tuvo carnet de conducir en Cuba (esto generó un verdadero escándalo en los años 20).
María Calvo Nodarse nació en Guanajay en 1892 y cuando tenía 15 años se trasladó a escondidas de su familia a La Habana, ¿raptada? por su novio. La capital le ofrecía mucho a esta joven belleza de mujer que tenía las ideas claras de cómo quería vivir a partir de ese momento. Cuando las estrecheces de la vida diaria entre las cuatro paredes de un cuarto habanero se le hicieron insoportables, apartó al novio de su vida y a los pocos meses empezó a hacerse notar entre los hombres que ostentaban una buena posición económica. No fue una prostituta en el sentido indiscriminado que conlleva esta profesión, ni tampoco trabajó en un burdel, sino que se prostituía selectivamente. Y comenzó su carrera rápida hacia la opulencia, según declaró en el más puro estilo folletinesco en una entrevista que le hizo Guillermo Villarronda para la revista Bohemia el 26 de octubre de 1958:”más de una docena de hombres permanecían rendidos a mis pies, anegados de dinero, suplicantes de amor’.La canción que fue una de las piezas más conocidas de las interpretadas por Chavela Vargas. La Macorina que interpreta Chavela Vargas lo único que conserva de la que cantaba Abelardo Barroso es ese inquietante estribillo: “Ponme la mano aquí, Macorina’. La música es de la propia Chavela y la letra de Alfonso Camín (1890-1982), un asturiano que llegó a La Habana con quince años y que después de sobrevivir gracias a múltiples y variados empleos (desde mache-tero hasta dependiente y vendedor) llegó a ser redactor del Diario de la Marina, periódico que incluso lo envió como reportero de guerra a Europa cuando la Primera Guerra Mundial. Fue un prolífico autor de agitada vida que publicó muchas obras pero completamente ignorado por los escritores cubanos. A mediados de los años cincuenta se marchó definitivamente a México. Pero Alfonso Camín no ha pasado a la posteridad por sus numerosas obras sino por la letra de La Macorina: decía así:

Ponme la mano aquí, Macorina,
ponme la mano aquí.
Ponme la mano aquí, Macorina,
ponme la mano aquí.

Tus pies dejaban la estera
y se escapaba tu saya
buscando la guardarraya
que al ver tu talle tan fino
las cañas azucareras
se echaban por el camino
para que tú las molieras
como si fueras molino.

Ponme la mano aquí, Macorina,
ponme la mano aquí.
Ponme la mano aquí, Macorina,
ponme la mano aquí.

Tus senos, carne de anón,
tu boca una bendición
de guanábana madura,
y era tu fina cintura
la misma de aquel danzón.

Ponme la mano aquí, Macorina,
ponme la mano aquí.
Ponme la mano aquí, Macorina,
ponme la mano aquí.

Después el amanecer
que de mis brazos te lleva,
y yo sin saber qué hacer
de aquel olor a mujer,
a mango y a caña nueva
con que me llenaste al son
caliente de aquel danzón.

Ponme la mano aquí, Macorina,
ponme la mano aquí.
Ponme la mano aquí, Macorina,
ponme la mano aquí.

Datos obtenidos del blog Buenavista V Cuba y del blog Canciones para compartir. 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails