jueves, septiembre 22, 2011

El malentendido (1944/2011) de Albert Camus



Albert Camus1 perteneció al movimiento humanista post –segunda guerra mundial, amigo y luego adversario político de Jean Paul Sartre2, defensor de Argelia, su país de nacimiento, produce desde la literatura una dramaturgia que se basa en los interrogantes éticos de su época. Afirmaba que el fin no justificaba ningún medio, en cuanto a los costos éticos políticos que el comunismo de Stalin había producido y que para la conciencia de muchos de los hombres de izquierda, incluido Camus, eran intolerables. Pero ese interrogante desde el mundo de la ideas, se traslada en El malentendido al pequeño escenario burgués, donde la pregunta es hasta dónde debemos llegar en el afán de lograr lo que queremos, y cuáles son los costos de nuestra desmesura. La otra pregunta que queda en suspenso en todo la obra, es el papel de Dios en ese universo que parece sólo ejecutado por los hombres y sus acciones, para bien o para mal. El absurdo de una vida donde encontrar un sentido verdadero que la haga merecedora de ser vivida es también un tema que la pieza trata. Ese pensamiento no dogmático que lo separó de la filosofía sartreana es el que hace que sus obras sean aún leídas con interés por el campo teatral. Haydee Ortubia (en su primer trabajo de Dirección) logra vencer la dificultad de poner en escena un texto dramático complejo y oscuro. El espacio escénico de Puerta Roja es utilizado en todos sus recursos pero la iluminación lo recorta, lo cierra, y deja en general la sala en una densa penumbra creando la atmósfera necesaria para el desarrollo de la acción dramática. Paneles negros a un lado, como si fueran los acantilados que nunca verá Marta (Ana Riveros), y en el lado opuesto, un siniestro albergue, espacio donde no hay lugar para los sueños y contiene a los personajes sin posibilidad de alguna salida. El texto espectáculo da cuenta de la imposibilidad de reconciliación de los opuestos: pasado / presente, odio / amor, locura / sensatez. Además, las tonalidades del marrón, tanto en el vestuario como en los objetos, le imprimen a la puesta en escena un tinte sepia, como entre algo antiguo y algo con un cierto ensueño, que nos traslada a un tiempo otro, no por eso menos intenso o menos asfixiante. Si Dios es indiferente, o si no hay Dios es el interrogante que deja la puesta de El malentendido. En ese mundo pareciera que los hombres se rigen por leyes propias, códigos relativos que cada uno puede tomar o abandonar según las circunstancias. Conservarlas, fundar la existencia en una ética que no sea muelle al deseo o la necesidad es la propuesta que Camus planteaba desde todos sus escritos. Una ley que se parece mucho a la mirada omnipresente divina, o una esencia humana que no debe abandonarse a lo efímero sino buscar la trascendencia.






El malentendido de Albert Camus. Elenco: Patrizia Alonso, Tito Hammer, Darío Julio, Ana Riveros, Erika Ruth. Diseño de Luces: Pablo Quiroga Música: Claudio Guerreiro. Fotografía: Fernando Carrera. Diseño Gráfico: Vicu Vázquez. Asistente de Dirección: Viviana Sosa. Prensa: Laura Brangeri. Dirección: Haydeé Ortubia. Sala: Puerta Roja








1 Albert Camus (Mondovi, Argelia, 7 de noviembre de 1913 - Villeblevin, Francia, 4 de enero de 1960) fue un novelista, ensayista, dramaturgo y filósofo francés nacido en Argelia. En su variada obra desarrolló un humanismo fundado en la conciencia del absurdo de la condición humana. En 1957, a la edad de 44 años, se le concedió el Premio Nobel de Literatura por «el conjunto de una obra que pone de relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres de hoy».En 1935 comenzó a escribir El revés y el derecho que fue publicado dos años más tarde. En Argel funda el Teatro del Trabajo que en 1937 reemplaza por El Teatro del Equipo. En esos años, Albert Camus abandona el Partido Comunista por serias discrepancias, como el Pacto germano-soviético y su apoyo a la autonomía del PC de Argelia respecto al Partido Comunista Francés. En 1940, el Gobierno General de Argelia prohíbe la publicación del diario y maniobra para que Camus no pueda encontrar trabajo. Camus emigra entonces a París y trabaja como secretario de redacción en el diario Paris-Soir. En 1943, trabaja como lector de textos para Gallimard, importante casa editorial parisina, y toma la dirección de Combat cuando Pascal Pia es llamado a ocupar otras funciones en la Resistencia contra los alemanes. El anarquista Andre Prudhommeaux lo presentó, en 1948, por primera vez, en el movimiento libertario, en una reunión del Círculo de Estudiantes Anarquistas, como simpatizante que ya estaba familiarizado con el pensamiento anarquista. Camus escribió a partir de entonces para publicaciones anarquistas, siendo articulista de Le Libertaire (precursor inmediato de Le Monde libertaire), Le révolution proletarienne y Solidaridad Obrera (de la CNT). No dejó de luchar contra todas las ideologías y las abstracciones que alejan al hombre de lo humano. Lo definió como la Filosofía del absurdo, además de haber sido un convencido anarquista, dedicando parte importante de su libro "El hombre rebelde" a exponer, cuestionar y filosofar sobre sus convicciones, y demostrar lo destructivo de toda ideología que proponga una finalidad en la historia. Camus murió el 4 de enero de 1960, en un accidente de coche cerca de Le Petit-Villeblevin. Entre los papeles que se le encontraron, había un manuscrito inconcluso, El primer hombre, de fuerte contenido autobiográfico y gran belleza. Camus fue enterrado en Lourmarin, pueblo del sur de Francia donde había comprado una casa.

2 Su ruptura con Jean-Paul Sartre tiene lugar en 1952 tras la publicación en Les Temps Modernes del artículo que éste encargó a Francis Jeanson, donde reprochaba a Camus que su rebeldía era "deliberadamente estética" expresada principalmente en la obra de Camus "El mito de Sísifo". En 1956, en Argel, Camus lanza su "Llamada a la tregua civil", pidiendo a los combatientes del movimiento independentista argelino y al ejército francés, enfrentados en una crudelísima guerra sin cuartel, el respeto y la protección sin condiciones para la población civil. Mientras leía su texto, afuera, una turba heterogénea lo injuriaba, y pedía su muerte a gritos. Para él, en aquella guerra, su lealtad y su amor por Francia, no impedía el cabal conocimiento de la injusticia que vivía el pueblo argelino, depauperado y humillado, como tampoco podía impedir su amor por Argelia que se reconociera deudor de una lengua, una cultura y una sensibilidad política y social indisolublemente unidas a Francia. Existen corrientes de opinión que afirman que esta ruptura nunca tuvo lugar realmente. La confusión entre las cartas a Sartre enviadas en la década del 1932 al 1954 fue el indicador de que Camus negaba su influencia, achacándola a 'malentendidos intencionados'. Futuras indagaciones siembran dudas sobre la autoría real de esas cartas. Sin embargo, en el libro de memorias de Simone de Beauvoir, La fuerza de las cosas, la escritora pareja muchos años de Sartre hace referencia a las discusiones entre ambos escritores.











No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails