lunes, enero 30, 2012

Mujer desesperada de 30, busca… de Mariel Rosciano

 
Con algunos de los procedimientos del café concert (la disposición del espacio, la fuerza del color, la composición de personaje, la música, el humor, el diálogo con el público) y el seudo diálogo discursivo del stand up, Mariel Rosciano consigue desde la risa el planteo de temáticas asociadas a las mujeres de 30 que buscan una identidad propia en una sociedad bombardeada por el “deber ser”, de múltiples maneras; desde las revistas de moda hasta la imagen estereotipada de las muñecas, las de la niñez y las que aparecen desde el medio en la pasarela o la televisión. La emancipación femenina produce parece decirnos la autora/actriz y directora un falsa imagen de nosotras mismas; hemos alcanzado algunos logros importantes, pero sin embargo seguimos como las princesas de los cuentos presas de una subjetividad enamorada de la dependencia afectiva, aunque ésta se refleje en la necesidad de una terapeuta que nos contenga, aún desde el silencio. El personaje construido como una Barbie camp, va develando los puntos  débiles y oscuros de una identidad que se edifica en la mirada del otro, el hombre, y de las otras, el resto de las mujeres que se convierten en la lucha por la supervivencia emocional no en compañeras o hermanas de ruta, sino en potenciales enemigas; adversarias con quien combatir en espejo la propia frustración. La impronta de un cuerpo siempre joven y elástico, de un espacio propio, de llevar al mismo tiempo adelante el proceso de la soledad que las amenaza por querer ser ellas mismas, se va desgranando a lo largo de 50 minutos que mantienen la tensión con mínimos recursos escénicos, y una buena interpretación. Ser niña /mujer, la dupla sexo /amor, el paso del tiempo como una espada que literalmente puede cortar sueños y deseos, y el hombre como centro, como objeto, ante el cual el personaje inicia caminos para perderlos y retornarlos sin punto de solución, son algunos de los tópicos que toma el relato, narración de la propia historia mínima. En el reducido espacio escénico del Terraza Teatro Bar la escenografía y el vestuario crean el clima necesariamente femenino. Si el color rosa es código de "feminidad", el rosa en algunos pocos elementos de la puesta es un color saturado, brillante y nuevo, lo cual produce un fuerte efecto plástico. El vestido negro de la protagonista ocasiona cierta tensión visual, quizá la tensión entre el mundo femenino y el marco de referencia generalizado, obviamente masculino. Mara desde el ámbito de lo privado desarrolla su discurso, teniendo en cuenta tanto su límite interno como el límite  externo: la cotidianeidad, las fantasías, los miedos,… La protagonista a través del poder gestual de su corporalidad exageradamente femenina va cruzando distintas perspectivas: el cuerpo femenino como mercancía de nuestra sociedad de consumo, también el cuerpo como productor de sentidos y como el lugar donde la sociedad ejerce su control. Mara desea llegar a ser “anarquista de la vida”, quien con mucho humor nos hace pensar a cada espectadora que el mundo femenino no se debe construir a partir de la mirada de los otros, sino que cada mujer es su propio cuerpo. De tal forma el espacio lúdico que va creando la actriz no es estático sino todo lo contrario, el ritmo es vertiginoso y zigzagueante, porque es el ritmo de una mujer de 30 años que busca desesperadamente encontrarse, a pesar de que su psicóloga llegó tarde a la cita. 







Mujer desesperada de 30, busca… de y por Mariel Rosciano1. Voz en Off: José Mediavilla. Vestuario: Elsa Berta Keller. Peinados: Gisela Cottet. Maquillaje: Mariel Garrido. Música original: Martín López Azurmendi. Fotografía: Mara Folch. Diseño gráfico: Yanina Giselle Fernandez. Asistente de producción: Juan Manuel Riquelme, Maria Emilia Rosciano. Prensa: Mariel Garrido.












1 Actriz, comenzó su formación a los 9 años en el Instituto Vocacional de Arte y luego realizó estudios con diversos maestros de teatro entre ellos M. Raiola y A. Martín, Carlos Ianni (CELCIT), David Amitín, M. Gallardo (RESAD, Madrid), Eduardo Calvo, Víctor Laplace y Néstor Romero (ETI), Guillermo Barri (Teatro Regio), Martín Vives, Horacio Acosta. Además estudió Canto con Pato Balado y Araceli Quijano. Boxeo, Hockey, Entrenamiento Corporal, Teatro Suzuki con Mónica Viñao y Jorge Rod. Dramaturgia con Ricardo Halac en Argentores. Tiene doble nacionalidad Argentina-Española.






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