martes, mayo 21, 2013

Golpes a mi puerta (1984/2013) de Juan Carlos Gené





“El homicida se subroga al tiempo. Y en el instante de matar, mágicamente, cree ponerse a salvo de su propio tiempo, el que terminará con él. (…) No se mata sólo con puñal, veneno o arma de fuego. Se mata engañando, traicionando o humillando, oprimiendo y explotando. Y siempre el que mata siente, mágicamente, que no es él quien muere, sino el otro”
(Juan Carlos Gené)


Juan Carlos Gené1 fue un maestro de actores, un actor destacado y un dramaturgo reconocido por sus textos dramáticos y por sus ensayos que teorizaban sobre su quehacer desde la actuación y la escritura. Sufrió como muchos otros el exilio pero supo hacer de aquella desgracia virtud, y siempre en acción llevó adelante en Venezuela una labor intensa junto al Grupo Actoral 80 que fundó en 1983 y al CELCIT (Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral) de quien fue director. En aquel lugar, junto aquellos que se unieron a su labor, escribió Golpes a mi puerta, un texto de discurso vivo, con diálogos de alta tensión dramática, llevados adelante por personajes que el espectador podía identificar en cualquier tiempo y espacio de una Latinoamérica invadida y asolada por cruentas luchas. Un espacio imaginario pero a la vez de fuerza documental en aquellos difíciles años de represión y dictaduras, que el dramaturgo no quiso nominar para dar cuenta de la pertenencia continental.

Golpes a mi puerta fue el primer gran éxito de público del GA 80 en Caracas  y la realización que permitió al colectivo levantar su vuelo desde entonces ininterrumpido. Fue estrenada por el mismo grupo en Buenos Aires, durante su primera gira internacional de 1985, en el Teatro Municipal General San Martín (Gené, 1993/4, 16)

A un año de su muerte, aquellos que fueron sus alumnos y compañeros de ruta, tomaron la decisión de llevar adelante la puesta de aquella pieza que estrenaran Verónica Oddó y el propio Gené: Ana y Cerone respectivamente. El ¿Por qué? Está explícito en el programa de mano, y tras todas las causas posibles, la suma se cierra con el deseo: “Por todo esto…y porque nos da la gana”. Bajo la dirección de Eduardo Graham y en un espacio escénico divido en los cuatro espacios necesarios, de arriba hacia abajo, es decir, del escenario hacia la platea, se instalan: el altar, la cárcel, la sala de la casa de Ana y Ursula, y el pasillo que da a las habitaciones donde se refugia Pablo. Una puerta lateral suma las presencias inesperadas y las no deseadas, y propone la llegada de la calle a partir del sonido militarizado de los desplazamientos, y una percusión que deja caer el tiempo. Daniela Catz, Ana;  Maia Francia, Ursula; Ariel Guazzone, Pablo y Camilo Parodi, Cerone; conforman los cuatro vértices de una lucha por la verdad y la justicia, en contra del poder corrupto y de la violencia desbordada, bajo la mirada eclesiástica del Monseñor, Mario Petrosini, cuya figura y cuya voz abren y cierran la pieza. Ana como una Antígona criolla,  tiene una ley que obedecer que va más allá de la que dictan los hombres: proteger al desvalido, ayudar con caridad cristiana al débil y al perseguido por la justicia; cumplir con la ley de Dios, de Aquél con el que ella conversa desde el Sagrario. Para ella el azar la pone frente a un deber que no admite discusión. Cerone, como el Creonte de Sófocles, se rige por un poder que le otorga todos los derechos, e invoca como un Dios terrenal, una ley escrita por los hombres que avala su decisión sobre la vida y la muerte de los que no la respeten. Entre los dos, la persona de Pablo, que ruega asilo y que siente culpa por el compromiso que para las dos religiosas representa dárselo. Úrsula como Ismene, se niega por miedo, para luego ver como un acto de soberbia y sobreprotección la reacción de Ana, cuando por cuidarla quiere alejarla de los hechos; pero las cartas están marcadas y el cordero del sacrificio tiene nombre propio: Ana. Las muy buenas actuaciones de Daniela Catz y Maia Francia fluyen con una química que hace de sus encuentros algo que conmueve naturalmente, las actrices juegan no sólo con los matices de la voz sino con una gestualidad que desde el mínimo movimiento logra la efectividad de la expresión. La fuerza que Camilo Parodi le otorga a Cerone, el cinismo con el que se desenvuelve, el color de su voz cuando intenta ser conciliador y convencer a Ana de ceder y delatar o consentir y admitir lo inexistente es también de muy buena factura. Mario Petrosini como un Monseñor alejado desde el púlpito y alejado aunque cerca en la cárcel junto a Ana, muestra la construcción de una figura que se debate entre los poderes terrenales y la convicción más profunda. Silvia Katz compone a su despreciable Amanda con la contundencia  necesaria para el desenlace. Ariel Guazzone, le da la carnadura verosímil a un Pablo que al huir arrastra tras de sí el destino de sus salvadoras sin desearlo. Todos los personajes y cada uno de ellos, aún los que componen los roles más pequeños, ofrecen una interpretación del texto de Gené que el Maestro hubiera disfrutado y agradecido. La música y la iluminación construyen significantes que refuerzan la semántica del discurso, y componen el clima que nos va llevando a todos de la mano hacia el desenlace. Esta puesta dirigida por Eduardo Graham aúna el respeto por un texto valorado desde la palabra con la calidad rigurosa de un trabajo de equipo que no se permite fisuras.
 





Golpes a mi puerta de Juan Carlos Gené. Elenco: Daniela Catz (Ana), Maia Francia (Ursula), Ariel Guazzone (Pablo), Camilo Parodi (Alcalde Cerone), Mario Petrosini (Monseñor), Silvia Katz (Amanda), Silvia Trawier (Severa), Agustina Iparraguirre (Mujer de gris), Pablo Oubiña (Jefe), Leonardo Díaz (Irregular). Escenografía y vestuario: Carlos Di Pasquo. Realización de Escenografía: Darío Tarasewicz, Justo Noetinger. Diseño de Iluminación: Fernando Díaz. Música original y Dirección musical: Camilo Parodi. Músicos: Camilo Parodi, Leonardo Díaz, Pablo Oubiña, Agustina Iparraguirre. Diseño Gráfico: Gráfica Tupac. Fotografía: Diego Ortiz Mugica y Paula Guazzone. Asistente de Dirección: Eugenia Palioff. Asistente de Escena: Verónica Caminos. Producción Ejecutiva: Lorena Carrizo. Prensa: Marisol Cambre. Operador de Luces: Germán Giacalone. Coordinadora de Sala: Ivana Averta. Dirección: Eduardo Graham. Sala: Andamio 90.













Gené, Juan Carlos, 1994. Teatro 1. Buenos Aires: Ediciones La Flor.
_______________,1996. Escrito en el escenario. Pensar el teatro. Buenos Aires: Celcit







1 Juan Carlos Gené fue actor, director, dramaturgo y maestro de actores. Comenzó su carrera en la década del 50 en teatro, cuando el diciembre del 51, en el desaparecido Teatro Comedia, llevó adelante una pantomima de Pablo Palant  y una obra breve de Bernard Shaw. En esos años estrenó su primer texto dramático El herrero y el diablo (1955). Los sesenta lo encuentran en la novedosa oportunidad que ofrecía la televisión, primero como actor, en la versión para el medio de Hamlet de William Shakespeare y en el ciclo Alta Comedia; para luego debutar como guionista en Cosa Juzgada la serie dirigida por David Stivel en 1969. El cine también lo tuvo como guionista en La Raulito en 1974, y en la versión para cine de su pieza teatral Golpes a mi puerta en 1994. Tuvo que exiliarse a partir de la dictadura cívico /militar, alejamiento que duró has 1993 cuando regresó definitivamente al país junto a Verónica Oddó. Dirigió el Teatro San Martín en el período 1994/96 y el Celcit y fue presidente y secretario General de la Asociación Argentina de Actores por 11 años. Sus últimos trabajos fueron Bodas de sangre (2011) sobre la textualidad de Federico García Lorca, dramaturgia y dirección y una nueva versión de Hamlet(2011)


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails